miércoles, 2 de febrero de 2011

adolescente melancolia

adolescente melancolia



Me gustaría que seas este papel, me facilitaría, me alcanzaría, y aun me conformaría; como hamacas en una plazoleta de barrio con niños disfrutando de ellas, sonriendo, felices y dulcemente, agradecidos por su existencia, en su inconciencia, a si yo con noticias, palabras, y frases colgadas disfrutando de ellas, tratando de ser niña para no entender y solo agradecer feliz y dulce, por la existencia de lo malo y la ausencia de lo peor, quisiera yo amiguitos estar con ustedes , en esa plaza, de algún barrio nuevo, donde las flores me miren y me aconsejen, donde el sol me ilumine y me lleve a olvidarte, donde las poquitas nubes me anuncien con su pureza el mal tiempo de mañana para no sufrir de golpe el cambio y aceptarlo, para que los niños me sumerjan en su mundo, me cuenten cosas chiquitas y sencillas, cosas de pequeños, quisiera entonces poder estar en ese lugar para no pensar en que ya no estas mas.

Nadie la vio

Nadie la vio



Caminando entre piedras sólidas, huyo del amanecer. Lágrimas caen por mis mejillas. Empiezo a correr como nadie más lo va a hacer por mi. Me mantengo detenida pero no me detendré por mucho tiempo. Debo descansar, tal vez comer, para así seguir mi camino sin igual. Destino un poco cruel. Siento que los recuerdos me hunden un poco, siento sentimientos poco claros, difíciles de alcanzar.

La luz se acerca más rápido sobre mí, me caigo, me lastimo, un dolor tan grande sacude mi ser. Estoy sola, sin nadie en quien aferrarme ahora. Es aquel dolor que sentí cuando te perdí, me aferre a ti, me soltaste. La herida quedo allí, sin sanar. Ella vuelve a seguir mirando al horizonte, su corazón ya murió, sus ojos se volvieron marchitos, su rostro está seco y sin vida. Cree que ya no amará más. No volverá a ver más ese dolor.

Sigue corriendo por las calles de la ciudad oscura que pertenece, de pronto cae, como cae la hoja que estaba atrapada en ese árbol otoñal que espera que sea invierno. Trata de pararse, ya no tiene fuerzas para seguir, esas piedras la resbalan de su realidad.

Se queda allí gritando con gran desesperación. Se queda allí tratando que la vean pero nadie la logrará ver.