martes, 5 de octubre de 2010

Una vez tuve un sueño

Una vez tuve un sueño, soñé que alguien me decía, que en el fondo de mi vientre un corazón latía.

Pronto me di cuenta que no era fantasía, que mi sueño tan deseado, en realidad se convertía.

Y esperé con paciencia, anhelando ese día, en que pudiera conocerte y explotar de alegría.

Ahora estás en mis brazos y agradezco cada día, por el mejor de los regalos que me han hecho en esta vida.

Manuel se llama mi sueño, Manuel es toda mi vida, Manuel es mi hijo amado y mi eterna alegría.

Amo observar tus ojitos que me miran con dulzura y esa sonrisa suave que demuestra tu ternura.

Me gusta cuando te mueves, cuando duermes y respiras, cuando lloras y te ríes, cuando tan solo escuchas.

¿Sabes pequeñito mío? Eres todo en mi vida y eres por supuesto, mi felicidad compartida; eres un ángel del cielo que ha caído en mis brazos un día, y desde ese día supe que jamás te dejaría.

Que estaremos juntos siempre aprendiendo a caminar por la vida, y crecerás feliz hijo mío, se lo he prometido a María, y te conduciré cada día por el camino de la verdad, por ese camino bueno que haré que tu alma vibre de felicidad, porque serás bebé, un ser humano dispuesto a ayudar a tus hermanos y ser un tipo honesto.

Te lo repetiré una y mil veces, nunca te alejes del cielo, porque aunque parezca lejos, entre nosotros lo tenemos y Dios nos muestra día a día que no es complicado tenerlo, solo basta el amor y la bondad, la solidaridad y el respeto, la verdad y la humildad y ese cariño sincero, que te dará tantas risas, tantos amigos y afectos...

Y yo amorcito mío, entregaré mi vida a tu crecimiento, te enseñaré a reír y a llorar, a hablar y caminar; correrás a mi lado cuando tengas miedo o cuando solo quieras jugar.

Nunca temas hijo mío, porque siempre estaré contigo y cuando el dolor invada tu alma, recogeré tus espinas, liberando tu corazón de aquello que te lastima.



Julieta Arduino

Una rosa para mi amada

A mi amada una rosa le otorgo
Cuando la recibas te llenes de asombro
El día que te conocí a la larga entendería
Que nuestra amistad seria solo alegría.
Tal seria mi felicidad
Que gozaría solo de comodidad
Al mirarte yo me sonrojaba
Yo soñaba , me ilusionaba.
Esta rosa no tiene comparación .
Ya que de ella se desprende tal admiración .
te espere y no llegaste
te hable y me ignoraste
Llore y me desahuciaste
Tu me abandonaste.

El día que te fuiste pensé que volverías
Pero me di cuenta de que ya no me querías
Ahora la rosa se ha marchitado
Por lo que tanto había deseado
La rosa que yo había cuidado
Ahora se ha destrozado.

El día que te marches yo se que llorare
Y en un mar de lagrimas yo me hundiré.

Si tan solo pudiera amarte,
quererte e idolatrarte,
si tan solo me dejaras llegar a ti
para detenerme en tu ternura y gozar de tu dulzura,
si me dejaras entrar en tus sueños de placer...
seria tu esclavo de amor para hacerte feliz

Amaneceré en tus labios,
los llenaré de besos y escribiré poemas en tu piel,
luego lentamente,
sin abrir los ojos, te declararé mi amor.



Autor/a: Mario Alberto